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LA CASA QUE MIRA AL MAR

Esta vivienda nace tras un momento de silencio en uno de sus balcones de Oriente. Al cerrar los ojos y pensar en el mar, nos viene a la cabeza su color azul, el blanco de la espuma, el reflejo del sol y sus juegos de sombras...

 

De esa reflexión nace la paleta de colores de este proyecto. Blancos en paredes y techos que recuerdan a la espuma y las nubes. Distintos tonos de azul, que evocan al mar y al cielo, siendo más intensos en forma de mármoles semipreciosos y más grisaceos en el mobiliario. Barandillas blancas que mediante círculos de distintos tamaños generan interesantes sombras al jugar con la luz del sol.


En el interior, funcionalidad y actualidad en un mismo espacio, introduciendo los productos más innovadores en un lugar diseñado para ser vivido.

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